¿De Qué hablamos cuando hablamos de espacio? Obed Delfín
Con el espacio ocurre lo de aquella confesión de San Agustín con respecto al tiempo, quien sabía lo que el tiempo era cuando nadie se lo preguntaba, pero si alguien le preguntaba qué es el tiempo éste ya no sabía lo que era. Con el espacio existe, al igual que el tiempo, una impotencia al momento de decir qué es.
Por ejemplo, cuando se habla de espacio público, de espacio privado, de espacio exterior… lo que se intenta explicar es lo público, lo privado o lo exterior sea el caso que se trate, pero no se explica qué es el espacio. Lo que se intenta definir es el adjetivo del sujeto espacio, no el espacio. Y allí comienza la confusión. Porque se confunde el espacio con lo exterior, lo interior, lo semi-privado, lo abierto o cerrado… en que éste se ha convertido posteriormente.
Si hojeamos un diccionario de sinónimos nos damos cuenta que los sinónimos de espacio son: cielo, firmamento, cosmos, infinito, dimensión, volumen, lugar, sitio, área… y terminan siendo: holgura, capacidad, extensión, desahogo, libertad, soltura. Los primeros indican un algo ahí, los últimos una acción, un ser algo. Como si el espacio siendo algo sirviese a la vez para algo. Los sinónimos de espaciar, por su parte, son: apartar, separar, dilatar, distanciar, alejar, extender, esparcir. Estos últimos indican un hacer espacio para, dejar lugar para.
He recogido este artículo de la página: www.saber.ula.ve/db/ssaber/Edocs/pubelectronicas/estetica/num6/obed_delfin.pdf
Me ha resultado curioso como el autor hace referencia al significado de “tiempo” que aporta San Agustín para intentar explicar qué es el espacio.
Es difícil ofrecer una definición a este concepto, pues es verdad, que cuando se habla de espacio siempre se hace referencia al espacio como algo físico, del universo y no como a una parte que se enlaza con el tiempo, que están vinculadas.
En mi opinión, para que exista un tiempo tiene que existir un espacio y viceversa. El espacio es algo tenemos a diario, que creamos y modificamos según nuestro “hacer”. Es algo interesante, que normalmente no apreciamos, pero que si nos ponemos a pensar como hemos tenido que hacer en este ejercicio, nos damos cuenta del valor personal que tiene para cada uno.
Con el espacio ocurre lo de aquella confesión de San Agustín con respecto al tiempo, quien sabía lo que el tiempo era cuando nadie se lo preguntaba, pero si alguien le preguntaba qué es el tiempo éste ya no sabía lo que era. Con el espacio existe, al igual que el tiempo, una impotencia al momento de decir qué es.
Por ejemplo, cuando se habla de espacio público, de espacio privado, de espacio exterior… lo que se intenta explicar es lo público, lo privado o lo exterior sea el caso que se trate, pero no se explica qué es el espacio. Lo que se intenta definir es el adjetivo del sujeto espacio, no el espacio. Y allí comienza la confusión. Porque se confunde el espacio con lo exterior, lo interior, lo semi-privado, lo abierto o cerrado… en que éste se ha convertido posteriormente.
Si hojeamos un diccionario de sinónimos nos damos cuenta que los sinónimos de espacio son: cielo, firmamento, cosmos, infinito, dimensión, volumen, lugar, sitio, área… y terminan siendo: holgura, capacidad, extensión, desahogo, libertad, soltura. Los primeros indican un algo ahí, los últimos una acción, un ser algo. Como si el espacio siendo algo sirviese a la vez para algo. Los sinónimos de espaciar, por su parte, son: apartar, separar, dilatar, distanciar, alejar, extender, esparcir. Estos últimos indican un hacer espacio para, dejar lugar para.
He recogido este artículo de la página: www.saber.ula.ve/db/ssaber/Edocs/pubelectronicas/estetica/num6/obed_delfin.pdf
Me ha resultado curioso como el autor hace referencia al significado de “tiempo” que aporta San Agustín para intentar explicar qué es el espacio.
Es difícil ofrecer una definición a este concepto, pues es verdad, que cuando se habla de espacio siempre se hace referencia al espacio como algo físico, del universo y no como a una parte que se enlaza con el tiempo, que están vinculadas.
En mi opinión, para que exista un tiempo tiene que existir un espacio y viceversa. El espacio es algo tenemos a diario, que creamos y modificamos según nuestro “hacer”. Es algo interesante, que normalmente no apreciamos, pero que si nos ponemos a pensar como hemos tenido que hacer en este ejercicio, nos damos cuenta del valor personal que tiene para cada uno.
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